Luego de un primer semestre que remeció al mundo completo, en donde todo cambió de un día para otro, vimos como las relaciones humanas sufrieron un drástico giro dejando atrás lo que ahora llamamos antigua normalidad y nos tuvimos que adaptar a un nuevo sistema doméstico y productivo.
Como Espacio Comunitario Santa Ana no estuvimos ajenos a esta vulnerable realidad y debimos, previo visto bueno del Ministerio de las Culturas, adaptar nuestras actividades y abocarnos a la modalidad de teletrabajo evitando la presencialidad.
Luego de un primer semestre intenso para todas y todos, podemos decir que como Espacio nos adaptamos bastante bien avanzando en nuestra misión de trabajo con y para la comunidad cordillerana.
Logramos sacar adelante el 100% de las actividades comprometidas, todas de carácter gratuito, llegando de manera virtual a más de 6 mil beneficiarios y todo considerando que el equipo de Santa Ana hay madres y padres trabajadoras con hijos en casa y en varios casos responsables de adultos mayores.
A pesar de esta escenario adverso, como Espacio pudimos hacer turnos éticos, sanitizar el barrio, trabajar en red con 25 organizaciones, levantar talleres virtuales y efectuat nuestro primer Canto pal Cerro en modalidad virtual.
Así mismo, hemos seguido con el proceso de planificación estratégica, hemos avanzado en un reglamento interno, en una modificación de estatutos de la Corporación y en constante asesoría legal para concretar estos cambios tan importantes para la organización.
Así versa parte del extenso informe:
«En la actualidad, la organización ha volcado su trabajo de gestión hacia el territorio del cerro Cordillera, articulándose en la Red Cordillerana, se han desarrollado acciones de confecciones de canastas de abarrotes, verduras y frutas, la gestión de donaciones desde el exterior, específicamente desde Suiza y Suecia, la sanitización de los espacios públicos del cerro, el apoyo a ollas comunes e iniciativas vecinales con aportes de gas e insumos, y la generación de un proyecto en conjunto con el Consejo Local de Salud por la habilitación de una residencia de emergencia transitoria en el cerro. En este contexto de trabajo y gestión, una dificultad que se ha planteado a la organización es la posibilidad de que surjan nuevas redes de colaboración con las cuales firmar convenios de colaboración, dado que la coyuntura y las necesidades superan este desafío organizacional. Otra dificultad al respecto, ha sido la disminución de la utilización y facilitación del espacio para acciones sociales y solidarias, esto porque si bien la organización mantuvo turnos éticos durante los meses de abril y mayo, en junio la comuna de Valparaíso entró en una cuarentena total obligatoria, lo que obligó a cerrar el espacio por tiempo indeterminado. El uso del espacio ha tenido una disminución considerable en los últimos meses del semestre, además el cierre ha afectado el relacionamiento interno y con la comunidad, especialmente debido al cierre de la cocina comunitaria, el cual era un espacio de encuentro para toda la comunidad del cerro Cordillera, instancia en donde se refuerzan los lazos y la confianza con el territorio».