El ciclo Teatro para la Escuela continúa este fin de semana por el facebook del Espacio Comunitario Santa Ana.
La obra se constituye como una matrioshka que se va quebrando, desprendiéndose de rostros y formas, hasta llegar al último cuerpo posible, que desnuda nuestra identidad mestiza.
“El oso, la virgen y otras fábulas mestizas” se llama la obra compuesta de microrelatos inspirados en narraciones de la mitología latinoamericana que trenza diversas situaciones, personajes y atmósferas que abordan la máscara como punto detonante de la poética propia del espectáculo.
El montaje de la compañía capitalina La Máscara Danzante, se podrá apreciar este viernes 20 y sábado 21 de noviembre a las 18 y 16 horas respectivamente por la plataforma de facebook del Espacio Comunitario Santa Ana de cerro Cordillera, con acceso liberado.
“Con este montaje continuamos nuestro ciclo de Teatro para la Escuela pensado para las y los peques de las casas pero también para toda la familia que podrá disfrutar con la entrega de este arte que en forma especial este año ha sido en formato virtual debido a la pandemia” sostuvo Mariela Díaz , integrante del Área de Arte y Cultura del Espacio Comunitario Santa Ana.
La iniciativa es parte del plan de gestión cultural comunitaria del Espacio que cuenta con un financiamiento parcial del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Programa Otras Instituciones Colaboradoras.
La obra y la compañía
“El oso, la virgen y otras fábulas mestizas” es un proyecto de la plataforma de investigación y creación escénica La Máscara Danzante de Santiago de una duración de 40 minutos, surgida del interés por experimentar y el diálogo permanente entre las disciplinas que la agrupación cultiva como la danza, el teatro, el diseño y la música.
El eje fundamental La Máscara Danzante es el trabajo con la máscara, dispositivo escénico motor para la confección, investigación y creación de una práctica escénica que desborda las fronteras disciplinarias.
Cinco artistas con trayectorias comunes generan este espacio y construyen una poética particular para cada espectáculo, donde lo fundamental es la comunicación efectiva con la audiencia valiéndose de experiencias escénicas integrales.
En la obra se desarrolla un viaje dinámico que recorre diversas creencias populares, paganas y oficiales y que, desde una dramaturgia onírica y sensorial, abre la mirada a nuestro universo cultural esencialmente sincrético, con el afán de movilizar el poder simbólico que en cada una de esas creencias habita.
Escénicamente, el relato transcurre en un espacio bifrontal donde la audiencia se ve reflejada a si misma detrás de la escena. La obra se constituye como una matrioshka que se va quebrando, desprendiéndose de rostros y formas, hasta llegar al último cuerpo posible, que desnuda nuestra identidad mestiza.
Dirección: Isabel Núñez Valdés
Música Original: Pablo SEIDÚ Quezada
Diseño Integral: Gabriela González
Interpretación: Lucía P. Vivas
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