Este fin de semana se cumplió un mes del estallido social en Colombia y la represión del derechista Iván Duque ha sido mas cruda y violenta que su par, el innombrable Sebastián Piñera. Más de 60 muertos, daños oculares, cuerpos desaparecidos y una tremenda violencia en las calles por parte de la policía marcaron el mes de mayo en el país cafetero.
“Únanse al baile, de los que sobran, nadie nos va a echar de más, nadie nos quiso ayudar de verdad” cantaron las y los hermanos colombianos en las calles en medio de las balas y claro, la canción El Baile de los que sobran de Los Prisioneros se ha convertido en himno de lucha de los que defienden la dignidad en esas tierras. Y cómo no, si la canción escrita en 1986 en las postrimerías de la dictadura sigue muy vigente no sólo en Colombia, sino que en nuestro país y seguro en toda Sudamérica
Como Espacio Comunitario Santa Ana queremos rechazar categóricamente la represión policial en Colombia y queremos manifestar que jamás pensamos que los lamentables hechos ocurridos en nuestro país desde octubre de 2019 en adelante se volverían a repetir en un país vecino.
Esto quiere decir que el desparpajo de la derecha política y sus títeres, la policía y militares, son muy similares en este continente, y que los gobiernos de derecha actúan de manera idéntica cuando defender a la clase política y económica se trata.
Cuando pensábamos que los horrores de Piñera y su séquito eran parte de una conducta extemporánea y que sólo en Chile podían ocurrir debido al caradurismo de quienes hoy nos gobiernan, nos sorprendimos cuando en Colombia ocurre lo mismo. Bueno, quizás no por nada un jefe policial chileno es el principal instructor de sus pares colombianos.
Basta de abusos a los derechos humanos, es hora que la clase trabajadora y los postergados de siempre, los nadie como le llaman en Argentina, se levanten de una buena vez y le arrebaten el poder a esta clase política inescrupulosa y dispersen el poder. Sabemos que la concentración de poder corrompe, por ello, instamos a nuestras nuevas autoridades electas a proponer un sistema realmente representativo, donde el poder esté radicado en las bases, con voceros o presidentes rotativos, donde los territorios se autodeterminen, donde se respete la autonomía de los pueblos.
No mas violencia y muerte en Colombia, por un continente libre y soberano donde el pueblo dictamine que camino seguir y no dejar a merced de la clase política el devenir de un país y continente que conformamos todas y todos.